Llegamos a las 21:00h, llamamos y estuvimos un rato esperando a que alguien bajase para a recibirnos (como 10 minutos esperando en la calle). Cuando subimos nos encontramos con un lugar sucio, en condiciones de semiabandono (mostrador de recepción hinchado de la humedad). Nos llevan directamente a nuestra habitación, la cama era tapizada y el tapizado estaba mugriento, la habitación sin barrer, había pelos, tiritas usadas, etc de clientes anteriores. En la cama, las sábanas estaban un poco arrugadas, como si ya hubiese dormido alguien con ellas, nos acercamos y vimos en ellas pelos y manchas de fluídos orgánicos, lo mismo que en las toallas. Los aseos se veían poco cuidados, y no había a penas espacio para la ducha, era como ducharse en una caravana, en la que al ducharte estàs en el inodoro, el propio habitáculo del baño era la ducha...Nos quejamos y llamaron por teléfono al encargado, nos propusieron un cambio de habitación, era un piso y todas las habitaciones estaban vacías e igual de sucias. Nos negamos y nos ofrecieron otro alojamiento en otra parte de la ciudad. Cogimos un metro (ya eran sobre las 22:00h), nos desplazamos y al llegar allí, no había nadie esperando. Volvimos a llamar, un par de veces y finalmente, casi a las 23:00h vinieron a abrirnos. En este caso la habitación estaba limoia y las sábanas parecían sin estrenar. El baño tenía grandes humedades y olía mucho a humedad. No recomendaría está experiencia a nadie, desde luego, no es lo que esperas al reservar