Lo peor el intento descarado del propietario Luigi de cobrarnos al precio de hoy las habitaciones reservadas en noviembre. Además le reservamos 4 habitaciones, contando incluso con un correo suyo de confirmación y a la llegada solo nos dio 3, con o que una pareja se tuvo que ir de la Residencia, pagando el precio de julio, que era el mismo que nos quería cobrar él. El servicio, los lunes al menos, lo deja en manos de una única persona que sirve los desayunos, limpia y cobra. Sin comentarios. Inexistente profesionalidad del dueño que solo busca el mayor beneficio posible, aun a costa de su reputación. Por lo demás, la casa es preciosa y lujosa, si bien, en nuestra habitación no funciona bien el aire acondicionado ni había agua caliente.