Hotel en un lugar idílico, un pueblo abandonado rodeado de campos de vides y a poca distancia de pueblecitos con una buena oferta gastronómica.Está cerca de lugares turísticos como Santes Creus,Valls o Tarragona. Estuvimos en una habitación con patio q permitía tener intimidad bajo las estrellas, con ambientación hindú muy exótica y una cama doble colgante muy original(abstenerse los que se marean).El desayuno fue correcto, con embutidos,quesos y diferentes tipos de pan y croissants.La zona de la piscina es muy agradable para estirarse ,descansar o tomar el sol.
Es un hotel familiar con un trato fue muy amable y atento en todo momento.También hicimos un masaje con una masajista muy peculiar,amiga del propietario.Ahí lo dejo.
Un hotel muy recomendable para ir en pareja a relajarse,celebrar una fecha especial o conocer la zona del Camp de Tarragona