Hotel con pretensiones, intentan cuidar los detalles, quizá en la media de la isla, pero las instalaciones están muy deterioradas, hay hormigas por todas partes, es bastante sucio y lo peor, muy ruidoso. Todas las habitaciones dan a la piscina central (pequeña pero limpia) y a las zonas de paso, eso quiere decir que desde primera hora de la mañana (6h) escuchas las voces que dan los trabajadores del hotel y otros huéspedes. Desayuno incluido, pero muy escaso ....plato a elegir que se suele basar en huevos, arroz y bacon, pollo o salchicha + café. Está situado a 10 min en moto o triciclo (así llaman a los TukTuk en la isla) de Alona Beach y de White Beach (ambas playas en direcciones contratias). Deberás alquilar una moto (es la mejor opción, 600 pesos por día) o moverte en taxi triciclo (100 pesos a cualquiera de las dos playas)....andando está todo alejado. Personal amable, pero no repetiría una segunda vez.