El hotel es tranquilo y muy bonito, eso sí básico ya que no cuenta con restaurante, elevador, ni minibar. Sin embargo quisiera recomendar el servicio de front desk, si bien todos son muy amables, Roberto y otro chico (desafortunadamente no recuerdo su nombre): ) de cabello negro largo, se llevan los aplausos, desde nuestra llegada nos ayudaron con cambio de habitación ya que mi mamá tiene problemas de rodilla, al apoyarme con un servicio ya que necesitaba enfriar una compresa, yo sé que fui un fastidio esos días, sin embargo siempre estuvieron al pendiente para apoyarnos. El hotel se encuentra a una distancia que puedes llegar caminando tanto al ADO si requieres autobús o para el centro. Regresamos sin duda (: