es bastante inusual que la entrada sea no antes de las 16,30. Llegamos a las 13.30 y se nos recalcó la hora de entrada con contundencia. se invitó a guardar el equipaje en consigna. Tenemos unos 70 años. No hubo el más mínimo gesto de ayuda a la colocación, de pie, inmóvil mientras hacíamos esfuerzos para colocar el equipaje. Al volver a las 17.30 se nos dio la habitación que nos dicen acaban de terminar. Hay explicación: unos carteles dicen que por 20€ permiten un late checkout a las 14h y por 30 hasta las 17h. Es buen sistema para arañar unos euros más.
Hay más. Teníamos media pensión. El segundo día se nos hizo esperar más de 40 minutos porque había un grupo grande. Se nos dijo que serían 5 a 10m. Bueno, pero que nos entretuvieran con algo. La respuesta, nada. Fueron más de 40m. Protestamos y pedimos una compensación. A la salida lo mencionamos y que lo sentían mucho, pero nada más.
Una mala experiencia sobre todo de servicio por falta de profesionalidad, de respeto al cliente y de ir a ganar el último euro de forma demasiado evidente que estropea una buena inversión en infraestructura: muy buena localización, sanitarios y grifería de calidad, así como sábanas, toallas y albornoces. Buen funcionamiento de la climatización. Errores se comenten, un buen hotel debe saber cómo repararlos o compensarlos y no encogerse de hombros.